La tecnología y la popularidad  de la muñeca para adultos ha evolucionado al punto que Matt McMullen, el CEO de Real Dolls, se prepara para lanzar modelos que entre otras cosas podrán hablarle. La muñeca robótica con una apariencia casi humana abre una puerta rodeada de  morbo para algunos y de un aire fetiche para otros.

En una reciente entrevista McMullen aseguro que las muñecas son ordenadas tanto por hombres como por mujeres. Cada pieza esta hecha de la mejor silicona que hay en el mercado y la elaboración de cada pieza esta realizada bajo las más estrictas medidas de seguridad, utilizando  una tecnología de vanguardia. Los modelos que más predominan a la hora de comprar una pieza son los modelos femeninos, aunque los modelos de varón están en demanda, al igual que las muñecas de estilo transgénero.

 

 

 

 

La motivación por adquirir una muñeca va desde el placer sexual, tener una compañera, tener una modelo y como un elemento de decoración. “Vendemos muñecas y muñecos  de todo tipo, con apariencia anglosajona, latina y asiática; de hecho las de más demanda son las orientales”.  Otros clientes son, las agencias o centros que necesitan prototipos humanos para realizar clases en departamentos como los de ciencia forense, medicina y fotógrafos, para realizar trabajos artísticos.

Para aquellos que encuentran las muñecas creadas por McMullen poco satisfactorias están de suerte ya que Real Dolls se prepara para lanzar muñecas y muñecos robóticos. Por 10 mil dólares la muñeca vendrá con una cabeza especial que tendrá un programa de estímulo, donde esta podrá mostrar  placer y moverse como si estuviera disfrutando de la intimidad.  Estas muñecas especiales  le hablaran y responderán al estímulo sexual. Otra compañía como Oriental Industry en Japón ofrece modelos de una apariencia  humana sorprendente.

El tema de las muñecas robóticas continúa haciendo noticia, el caso más reciente ha sido el de RealBotix y su instalación de Robótica y la famosa pieza por  Jordan Wolfson en Nueva York que capturo la atención del mundo del arte, la tecnología  y el fetiche.

En Japón los robots con apariencia humana son perfeccionados al punto que muchos modelos poseen sensores para medir su entorno, posición en la que se encuentran y pueden ser programas para sostener conversaciones dentro y fuera de la dinámica sexual.

 

McMullen asegura que se han dado casos en que algunos hombres obsesionados con sus nuevas adquisiciones intentan contraer nupcias con estas.

El autor de Real Dolls dice haber comenzado en el negocio sin la intención que sus creaciones fueran usadas para actos sexuales y más bien como obras de arte comercial. Pero fueron muchos los que le trajeron la idea a Matt de crear una muñeca  para fines íntimos. Al lanzar su primer modelo Real Dolls  se convirtió en un éxito y a McMullen en un millonario.