La Torre Eiffel no es el único monumento reluciente que destella durante la primera semana de julio en París. En conjunción con la Alta Costura, los joyeros de la Place Vendôme y la cercana Rue de la Paix exhiben joyas magníficas como un evento que va de la mano con la moda.
Algunas marcas optan por presentar sus nuevas colecciones en museos, ya que gran parte de las joyas que se exhiben son verdaderas obras de arte.

Este año, Dior -marcando una asociación de 20 años con Victoire de Castellane como directora artística de joyería fina- exhibió en el Musée d’Art Moderne. Para celebrar, la maison trajo algunos de sus grandes éxitos de colecciones pasadas como el Versailles Secret Rooms y Jardins de Versailles, además de la nueva colección de este año, Dior Dior Dior, que captura el encaje de alta costura de la casa junto con cintas, la seda y el drapeado que tipifican los diseños de la casa.

El diseñador utilizó pequeños trozos de tela cortada como guía para crear la impresionante colección de diamantes y gemas de colores.


Chanel se presentó en el Grand Palais, donde la emblemática marca francesa exhibe sus colecciones de alta costura y de prêt-à-porter. La vida de Mademoiselle Coco sigue brindando una inspiración infinita para las joyas de la casa. Esta vez, los diseñadores miraron las impresionantes paneles de Coromandel en su departamento de Rue Cambon. Las elaboradas tallas -que viajaron a todas las casas de modistos en París y Francia- muestran escenas de barcos, palacios, flores y pájaros, proporcionando motivos utilizados en las joyas.

Otros joyeros aprovecharon la oportunidad para mostrar el estado de ánimo de su colección con una fiesta de lanzamiento.

En la cima del Centro Pompidou, con vistas a la Ciudad de las Luces, Chaumet organizó una gran fiesta al aire libre que celebró todo lo africano para su última colección, Tresors d’Afrique.

Cartier exhibió un derroche de joyas, y una fiesta sobre un yate. Mientras que Van Cleef & Arpels inspirados en los hermanos Grim presentaron su propuesta en su taller.

Valerie Messika se hizo cargo del taller renovado del siglo XVII, anteriormente ocupado por el fotógrafo Fred Meylan. Allí, mostró los dramáticos collares que mostraban cubos de diamantes en formas de vestidos antiguos.