Dahl-Wolfe le entró a la fotografía de moda en un momento en que aquella elegancia europea formal y a veces, forzada, era la norma y Louise trajo una visión moderna relajada, íntima e innegablemente estadounidense.

Combinando la alta costura parisina con cuerpos bien tonificados, infundió los diseños de las revistas con una refrescante naturalidad que a la vez era elegante. La artista es una de las fotógrafas más importantes del siglo XX.

Su trabajo durante los años treinta, cuarenta y cincuenta trajo un enfoque informal y contemporáneo a la moda que tuvo una enorme influencia en Richard Avedon, Irving Penn y los otros grandes fotógrafos que lo siguieron.

Esta es la primera encuesta importante de su trabajo en el Reino Unido y está programada para coincidir con un resurgimiento del interés por las fotógrafas en el mundo del arte.

Muchas de las fotografías de Louise Dahl-Wolfe mostraban el trabajo de Christian Dior y, en celebración del 70 aniversario de la casa de Christian Dior, la exhibición exhibirá una pequeña selección de vestidos originales de Dior. Extraídos de la colección permanente del Fashion and Textile Museum, los vestidos, que datan de 1954 a 1967, presentan los diseños de Christian Dior, Yves Saint Laurent y Marc Bohan. Desde un vestido New Look con capas de gasa y bordados hasta un minivestido juvenil, las prendas capturarán la sofisticación de las primeras décadas de la maison.

La exposición presenta más de 100 fotografías que abarcaban tres décadas, desde 1931 hasta 1959, incluido un importante cuerpo de retratos. Estos retratos capturan figuras literarias como W.H. Auden, Christopher Isherwood, Jean Cocteau, Edith Sitwell, Colette y Carson McCullers. Ella también documentó a diseñadores de moda; y una importante cartera de estrellas de Hollywood, desde Bette Davis, Orson Welles y Vivien Leigh en la década de 1930 hasta James Cagney y Veronica Lake en la década del 40.

Wolfe trabajó con una gama excepcional de modelos que incluyen a Suzy Parker, Jean Patchett, Barbara Mullen, Mary Jane Russell y Evelyn Tripp. Ayudó a crear looks distintivos para sus modelos que definen sus vidas profesionales y, posiblemente, crean la primera generación de ‘supermodelos’. En particular, se le atribuye el descubrimiento de Lauren Bacall y su carrera cinematográfica en Hollywood por su lanzamiento de la portada de marzo de 1943 de Harper Bazaar.

La exposición considera el auge de la fotografía de moda como una importante profesión. Como señaló Louise Dahl-Wolfe, ‘no había realmente fotógrafos de moda, solo artistas como Steichen que por casualidad hicieron fotografía de moda’.

Dahl-Wolfe fue pionera en el uso del color y la luz natural en la fotografía de moda. Viajó a los lugares exóticos como Túnez, Cuba, Puerto Rico, América del Sur, España y México. Su trabajo parece fresco, espontáneo, pero siempre fue cuidadosamente planeado. Ella también tenía un ojo excepcional para el color y la exposición presento las primeras tomas y portadas que documentan su fotografía a color.

Un aspecto clave de la exposición son los 22 años de Dahl-Wolfe como colaboradora principal de Harper Bazaar, de 1936 a 1958, trabajando con la editora Carmel Snow, la legendaria directora de moda Diana Vreeland y el diseñador Alexey Brodovitch. ‘Desde el momento en que vi sus primeras fotografías en color, supe que Bazaar por fin iba a verse como lo había querido instintivamente’, declaró  Carmel Snow.

La exposición destaca la prolífica permanencia de Dahl-Wolfe en Harper’s Bazaar, donde creó 86 portadas para la revista, 600 placas a color y más de 2,000 fotografías en blanco y negro. Además, el Museo exhibirá una muestra de otros fotógrafos que han trabajado para Harper Bazaar, desde Baron de Meyer, Man Ray y Cecil Beaton hasta los contribuyentes actuales.

Junto a la moda y el retrato, Louise Dahl-Wolfe fue también una fotógrafa del documental. Su trabajo inicial, tomado en Nashville Tennessee, destaca a los estadounidenses negros, los pobres y los desposeídos. Estas imágenes en bruto de la Depresión Americana presentan un contraste fascinante entre el interés personal de Dahl-Wolfe, y su glamoroso trabajo comisionado.

Louise Dahl-Wolfe, independiente, ingeniosa y consciente de sí misma, se le atribuye la revitalización del retrato de Hollywood y haber insuflado la fotografía de modas con un aire de mucho estilo. Su legado cambió la cultura visual estadounidense y tuvo enormes ramificaciones para los fotógrafos que la siguieron. Louise Dahl-Wolfe no representó tanto la supremacía de la fotografía estadounidense, ella la inventó.