En su nueva colección de alta joyería, titulada Dior Dior Dior, la cual fue revelada en el Museo de Arte Moderno de París, la casa de modas presentó tesoros de virtuosismo, inspirados en la alta costura.

A través del corte de metales preciosos a modo de encaje, piedras preciosas y semipreciosas puestos a mano, estas coloridas joyas conjugaron el lujo, sinónimo de la marca.

Adaptando el metal se crearon tejidos que fueron retorcidos, y entrelazados creando arabescos para que el encaje se pudiera desplegar libremente en forma de collares, anillos, pulseras y aretes.

Remolinos y espirales se mezclaron, engazados en ópalos, amatistas, esmeraldas y zafiros abrazando perfectamente las curvas de una muñeca, o un cuello.

‘Quise capturar la sensación de ligereza etérea, y la forma del encaje de alta costura que, como cintas de seda drapeadas definen parte del léxico de Dior’, explica Victoire de Castellane (en portada), quien se inspiró en la herencia de la casa, buscando entre sus archivos los encajes mas sublimes creados allí.

Y así nació una colección virtuosa, de collares calados, tejidos en oro amarillo, rosa y blanco que abrazan un trabajo realizado en piedras preciosas inigualable.

Su elaboración requería un nivel de excelencia, un savoir-faire que refleja la alta costura. Fue una verdadera hazaña técnica para los mejores talleres de joyería en París, que realizaron estas creaciones trabajando minuciosamente los metales preciosos hasta el extremo, como hilos de seda de bordados que iluminan las piedras centrales: Esmeraldas, zafiros azules, y rosados, diamantes amarillos y granates de spessartite.

Para entonces ser integrados directamente sobre alvéolos de gasa dorada, mientras que los diamantes aparecen esculpidos como lentejuelas, mejorando el efecto de alta costura.

Y, como siempre, hay formas únicas de usarlos,  según Victoire de Castellane quien asegura que resulta especialmente emocionante ver los anillos dobles, los brazaletes de palmera, los aretes asimétricos y las pulseras y los anillo de eslabones recamados en piedras, simplemente  ‘suntuosos’.

Junto con encaje de oro blanco salpicado de piedras preciosas cortadas como flores deslumbrantes, y espinelas rosas.

Las joyas son casi barrocas, y la explosión de color que estas provocan ofrecen piezas que rara vez aparecen en el mercado.