El diseñador de moda francés Emanuel Ungaro, quien se describió a sí mismo como un ‘obsesivo sensual’, murió en París a la edad de 86 años, dijo su familia a la AFP el domingo.
Ungaro, quien se retiró de la moda en 2004, murió el sábado después de dos años en un estado de salud ‘debilitado’, dijo un miembro de la familia.

Nació en Aix-en-Province en el sur de Francia en 1933 en una familia de inmigrantes italianos, y se mudó a la tierna que le daría fama mundial, Paris, a los 22 años donde fue entrenado por el modisto español Cristóbal Balenciaga antes de lanzar su propia marca, nueve años después.
Rápidamente impuso su propio estilo colorido en el mundo de la moda.
‘Uno no debe usar un vestido, uno debe vivir en él’, dijo el hombre que consideraba el trabajo de su vida como un oficio.
Ungaro era el segundo de seis hijos, su padre era sastre.
Ungaro diría más tarde que había aprendido lo básico de su padre y de Balenciaga.
En 1965, con un puñado de trabajadoras, abrió su propia casa de moda en la avenida Mac-Mahon, en el distrito 17 de París.

En Ungaro, ‘la sensualidad está en todas partes’, observó su amiga, la escritora Christine Orban, en una biografía. ‘Se atrevió a ser diferente’
A lo largo de su larga carrera, Ungaro vistió a una serie de estrellas de cine como Gena Rowlands, Catherine Deneuve e Isabelle Adjani, así como a su amiga, la actriz Anouk Aimee.
En su sitio web, la Casa Emanuel Ungaro describe a su fundador como alguien que ‘se atrevió a ser diferente, combinando choques inesperados pero sensuales de colores brillantes y estampados con hermosos drapeados’.
En 1968, en paralelo con su gama de alta costura, Ungaro ingresó al mercado de ropa lista para usar con una llínea para mujer, seguida unos años más tarde por una para caballeros.
Con los años, construyó un imperio que también se extiende a perfumes, zapatos y gafas de diseñador.
Su etiqueta fue comprada en 1996 por la familia Ferragamo.
Casado y padre de una hija, Ungaro comenzó a distanciarse de la moda en 2001, dejando la dirección artística de sus negocios de ropa y accesorios a su principal colaborador, Giambattista Valli.
Continuó diseñando colecciones durante algunos años más, pero se retiró oficialmente en 2004, afirmando que el mundo de la alta costura ya no cumplía con ‘las expectativas de las mujeres de hoy’.
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