Desde la sostenibilidad hasta las prohibiciones de compras, el 2019 será recordado como el año en que la industria de la moda y las empresas miraron hacia adentro y cuestionaron sus propias prácticas.
Te contamos qué es más probable que salpique el panorama de la moda y las conversaciones en los próximos años con relación a este movimiento que ha llegado pata quedarse.
Anna Wintour, la gran dama de la moda, instó recientemente a los consumidores a ser más conscientes de sus hábitos de compra para promover la sostenibilidad en la moda.
Apoyando la creciente preocupación por el impacto ambiental del negocio de la moda, la editora estadounidense de Vogue explicó que, en su opinión, es más ventajoso que los compradores cuiden mejor sus prendas y las pasen a otros, en lugar de deshacerse de ellas precipitadamente, esta dijo: ‘Creo que para todos nosotros debe significar una atención más profunda a la artesanía, la creatividad y menos en la idea de la ropa como algo desechable al instante, un objeto que tirarás justo después de ser usada’.
La moda es una de las industrias más contaminantes del mundo.
El fast fashion o moda rápida ha dominado y remodelado la industria de la moda desde la década de 1990 y ha sido un importante impulsor de las enormes emisiones de gases de efecto invernadero y el devastador impacto ambiental de la industria. ¿Cómo es que la ropa que compramos conduce a consecuencias ambientales tan perjudiciales?
La persona promedio en 2014 poseía un 60% más de prendas de vestir en comparación con el consumidor promedio en 2000 mientras usaba esa ropa por solo la mitad del tiempo. Los estadounidenses compraron cinco veces más ropa en 2014 que en 1980.
El costo final de este aumento sin restricciones en el consumo conspicuo son los desechos, la contaminación y los talleres de explotación. Con el fin de proporcionar tan rápidas entregas de ropa barata, las compañías han hecho todo lo posible para minimizar los márgenes de costos.
El gran estímulo a la causa de la sostenibilidad es mirar mas allá, estas palabras han tomado un significado abarcador. Lets Go Green, se trata de usar tu ropa una y otra vez, y donarla, venderla, rehacerla, sacarle el mayor provecho posible, y así proteger el medio ambiente.
Este fue el año en que la industria de la moda cuestionó su pilar fundamental: Las tendencias. Las grandes casas de moda se manifestaron en contra de las líneas estacionales en aumento que están hechas para producir: Resort, pre-otoño, otoño, festivo, y bridal. Mas bien los diseñadores y marcas irán enfocadas en crear colecciones hechas para perdurar, y para ser reinventadas de muchas maneras.
La moda es una de las industrias más contaminantes del mundo.
El fast fashion o moda rápida ha dominado y remodelado la industria de la moda desde la década de 1990 y ha sido un importante impulsor de las enormes emisiones de gases de efecto invernadero y el devastador impacto ambiental de la industria. ¿Cómo es que la ropa que compramos conduce a consecuencias ambientales tan perjudiciales?
La persona promedio en 2014 poseía un 60% más de prendas de vestir en comparación con el consumidor promedio en 2000 mientras usaba esa ropa por solo la mitad del tiempo. Los estadounidenses compraron cinco veces más ropa en 2014 que en 1980.
El costo final de este aumento sin restricciones en el consumo conspicuo son los desechos, la contaminación y los talleres de explotación.
Con el fin de proporcionar tan rápidas entregas de ropa barata, las compañías han hecho todo lo posible para minimizar los márgenes de costos.
Estas practicas han sido denunciadas y en el 2019 se comenzaron a ver grandes pasos para erradicar esta mala costumbre que acaba con el planeta.
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