Una colección, un guitarrista, un barítono, una actriz, dos pura sangres, Fuego y Caimán. A esto se sumaron dos jinetes destacados, el famoso caballero Clémence Faivre y su hijo Marco Lurasci … Todos los ingredientes fueron reunidos el miércoles por Franck Sorbier en París, donde se presentó un inolvidable desfile de alta costura.
Para el próximo verano, el diseñador se inspiró en la actriz mexicana María Felix, la femme fatale, la supuesta devoradora de hombres y estrella del cine latinoamericano, que hizo cine en Francia: notablemente en French Cancan de Jean Renoir junto a Jean Gabin. Una mujer con una personalidad ardiente.
Dos elementos que recorren la colección, y el desfile de moda de principio a fin.
Con sus botines de tacón, y sus faldas giratorias, rematadas con sombreros, las mujeres imaginadas por el diseñador tienen un temperamento y espíritu mediterráneos.
Los largos vestidos negros de tafetán caen a los pies, y se usan con peregrinos bordados o chales tipo poncho.
Los caballos, y el mundo ecuestre relatan la vida de María para la década del 60.
Esta relación con el hipismo ocurrió gracias a su ultimo marido Alex Berger, quien poseía una cuadra de caballos de carrera en Francia, Félix la heredó al morir este.
Los vestidos de Sorbier son una mezcla del guardarropas de la artista en el cine y en la vida real.
Sin embargo los caballos están presentes en muchas de las películas de María. La moda parecía recordar vestuarios de personajes que se revelaron rodeados del ambiente,el folclor y la cultura mexicana que se puede apreciar en el cine de Gabriel Figueroa y el Indio Fernández.
Las faldas están entalladas a la cintura con un cinturón largo de cinta tono sobre tono y decoradas con patrones de trenzas o ikat. Las faldas largas de seda o organza estuvieron pintadas a mano.
‘Estas son las mujeres que ves y a las que recurres’, dice el diseñador, que quería mezclar ‘un toque popular con elementos de la gran era de la alta costura’. ‘En esta colección, el sombrero se convirtió en el accesorio estrella de la temporada, al igual que las joyas que vuelven a estar vigentes en colaboración con Harpo. Son joyas de plata con piedras. Piezas únicas trabajadas por indios’. , explica Sorbier.
‘No soy un mito, soy una realidad’, proclama la actriz italiana Antonella Recchia, encarnando a María Félix al comienzo del espectáculo, antes de entrar en escena al trote Clémence Faivre con un largo abrigo con capucha y encaje negro. La pasarela se sucede al ritmo del flamenco.
El barítono Marc Scoffoni, que cantó la famosa canción María Bonita, escrita por Agustín Lara.
Para el pasaje final, Marco Luraschi, encaramado en su caballo, acompaña a la novia en un paseo, sosteniéndola de la mano.
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