Las obras del ilustrador ANTONIO LÓPEZ están llenas de seducción, y revelan sus raíces boricuas

Recientemente encontré una serie de ilustraciones de Antonio, que nunca había visto.

Mas allá de las piezas que alberga el Museo del Barrio, y todo la propiedad legada a Paul Caranicas quién heredó todo el patrimonio de López y Ramos existen muchos dibujos, pinturas, fotografías e ilustraciones que fueron vendidas antes del artista morir, o tal vez fueron obsequiadas, y ahora están apareciendo por las redes para que el publico pueda disfrutarlas.

¿Cómo fue que Caranicas terminó siendo el dueño de la obra de de Antonio, y Juan?

El mismo Paul aclaró esa duda en una entrevista que se le realizó en junio del año pasado donde dijo:

«Conocí a Antonio y su colaborador Juan Ramos en 1971 mientras vivía en París y estudiaba en la École des Beaux Arts.

«Estos se habían mudado de Nueva York a París unos años antes después de frustrarse con la comercialización del mundo editorial estadounidense.

Juan se convirtió en mi pareja poco después y viví con ellos por el resto de sus vidas».

En dicha entrevista salta a la vista algo que Paul enfatiza sobre la obra de López».

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«Antonio y Juan eran ambos originarios de Puerto Rico pero se criaron en Nueva York.

Su cosmovisión como gays nuyoricans los colocó en una posición única, y les permitió incorporar la conciencia de género y raza en su trabajo de una manera que no había existido antes en el mundo de la moda. Además, Juan en particular se inspiró profundamente en la historia del arte y, a menudo, se inspiró en varios temas y artistas del pasado y el presente».

Dentro de ese contexto podemos apreciar que en ese transito aun siendo niño desde el pueblo de Utuado del 1950 (cuando su familia se fue a vivir a la gran manzana) a Nueva York, y todo ese proceso de asimilación años después fue evolucionando con la su arte, la vida que vivió en el Barrio, la moda, la moda de la calle, su sensibilidad artística, su sexualidad quedaron juxtapuestas con su puertorriqueñidad, y plasmada en lujo de detalle en su obra.

El color, las figuras en el dibujo, las fotografías estaban llenas de movimiento, de grandes dimensiones, y protuberancias.

Poseían un elemento candente, real, insufladas de seducción, y sexualidad; así son las piezas que crearon Antonio López, y Juan Ramos.

Sin embargo las figuras y la estética siempre respondió a la que en aquel momento estaba de moda, y cabe señalar que gracias a sus ilustraciones estos dos artistas impusieron tendencias en las décadas del 60, 70, y 80.