NAIL ART: Los artesanos de uñas «TOP» consolidan la manicura en el mundo de la moda

¿Por qué el nail-art se ha convertido en un elemento imprescindible del total look?

Looks como los creados por DION LEE, las uñas vistas en el show de Matkarian y Sergio Hudson son un indicativo de la importancia que ha generado una uña llamativa.

Alguna vez viste como un adorno callejero, el arte de las uñas ahora es un elemento básico de la apariencia moderna.

De un accesorio secundario, se ha convertido en una pieza central por derecho propio.

¿Quiénes son los nuevos artesanos de esta revolución en belleza?

Durante mucho tiempo, el arte de las uñas algunas coloreadas, pintadas y estampadas fue objeto de burlas periódicas por parte de quienes marcaban la pauta para lo bello, lo respetable y lo sofisticado.

Asociada a menudo a la figura de la «cafre», es decir, a una mujer que exhibe una feminidad considerada provocativa y vulgar, pero también a los códigos de los barrios obreros, particularmente llevados por las mujeres negras, esta original manicura padecía un carácter decididamente clasista y racista.

La lectura, ya percibida como era la de un arte de mal gusto.

Como suele ser el caso, las tendencias del mañana emanan de los márgenes: lo vimos con la popularidad del streetwear en la década de 2010, que se materializó a través de grandes marcas como Balenciaga, Off-White o Louis Vuitton.

Sin embargo, el nail art siempre ha formado parte de nuestro paisaje cultural, a pesar de los juicios de los que ha sido objeto, sin llegar a legitimarse.

Hoy se ha convertido en protagonista de alfombras rojas, desfiles de moda, series de televisión… Pensemos por ejemplo en Euphoria y su temporada 2, donde el trabajo de uñas iguala el impacto del maquillaje gracias al trabajo explosivo de Natalie Minerva.

Todo el mundo se apodera ahora de esta particular joya, que poco a poco ha pasado de las clases trabajadoras a las grandes editoriales. En línea con esta inversión, muchos artistas han dado un nuevo significado a la práctica y le han dado a este oficio sus letras de nobleza.

THIS IS VENICE

El trabajo de Inès Ould Kaci parece aún más impresionante cuando perfeccionó su técnica como autodidacta. “El nail-art fue una terapia para mí, en un momento en que estaba hospitalizada. Me permitió pensar en algo más que en el dolor. Quería recuperar mi relación con la estética, necesitaba reconectarme con el placer de arreglarme. Pasaba las noches en Youtube viendo tutoriales, tomando notas”, explica. Un compromiso incansable que da sus frutos: nail-artist oficial de Lalla Rami, también ha cuidado las manos de Rossy de Palma así como las de la cantante Lafawndah. France Culture le dedicó un vídeo, Les Inrocks una larga entrevista, y recientemente colaboró ​​con la Fundación Cartier y la revista Antidote. De hecho, su estilo muy particular, nutrido por el entorno en el que creció, renueva el género. “Me inspira mucho el streetwear, porque es un referente cultural que me acompaña desde niño. Crecí entre los distritos 19 y 20 de París y los suburbios cercanos. Mi pata es una mezcla de mis raíces y el mundo de la moda, la música, de la que aprendo cada día, gracias a mi trabajo. Así es, Clavado por Inès”. Resultado: creaciones fluorescentes, relieves iridiscentes, patrones únicos y garras afiladas, para uñas que asumen su poderosa extravagancia.

Cam Tran es una habitual entre bastidores de Vogue Francia, como demuestran las esculturas que realizó en las uñas de la modelo Abény, durante una sesión de fotos realizada a principios de año. Fascinada por las manos siempre impecables de su propia madre, unos años más tarde se lanzó naturalmente a la artesanía de las uñas. “Trabajé mucho tiempo en un bar de uñas, pero año tras año mi trabajo ya no me encendía. Necesitaba algo nuevo. Terminé haciéndome freelance. Entonces, un estilista me vio y me ofreció fotografiar con el rapero belga Shayizi. Al año siguiente firmé con mi agencia actual, Artlist, gracias a la cual pude trabajar con casas prestigiosas, como Chanel, Dior, Courrèges, Jacquemus, Jean Paul Gaultier y muchas otras”. Un viaje perfecto para el artista que hizo de las joyas para uñas su firma. “Me encanta crear formas y diseños que cromo en oro o plata”, explica. Un estilo crudo y contundente, que cruza la estética del metal guerrero con la de los pergaminos galácticos.

Cam Tran

Clémentine, también conocida como Bad Girls Good Nails, puede presumir de una temprana atracción por la creación artística. “Estudié artes gráficas y diseño web, creé muchas ilustraciones. Siempre he tenido esta necesidad de dibujar como los demás necesitan respirar. Me mudé a Canadá, donde me enamoré del nail art cuando vi el trabajo de Cindy With The Good Nails. Empecé cuando regresé a Francia, el boca a boca hizo el resto”, cuenta. No es de extrañar, cuando ves la fuerte impresión que dejan visualmente sus creaciones: bloques de color, degradados de color muy pigmentados, patrones texturizados… ”Tengo un lado muy de diseñador gráfico, creo que se nota en mi estilo libre. También estoy muy influenciado por Instagram, que me hizo descubrir a muchos artistas, gente de moda, diseñadores gráficos… Pienso por ejemplo en Marco Garro, cuyo trabajo me alimenta mucho”. El estilo caprichoso y singular del artista, que juega con los códigos de la cultura pop, le permite llegar a una clientela diversa. En particular, anuncia futuros proyectos con la agencia de eventos Yard y con Trax Magazine.

Clémentine, también conocida como Bad Girls Good Nails,